viernes, 16 de diciembre de 2011

Nueve... Microrrelato antiguo

Una vez perdido, sin saber a donde ir, sin tener ganas de ir a ningún sitio... apareció de los árboles y a él se acercó. Ya no había sueños... no había nada...

Las estrellas salpicaban la oscuridad de un corazón vacío. La luna sonreía burlona y su vida... su vida ya se había tumbado en la roca a dejar que la arena del tiempo borrase de sí todo lo que fue, lo que era y lo que nunca será...



Pippin: Nunca pensé en este final…

Gandalf: ¿Final? No. El viaje no concluye aquí.
La muerte es sólo otro sendero, que recorreremos todos.
El velo gris de este mundo se levanta, y todo se convierte en plateado cristal. Es entonces, cuando se ve…

Pippin: ¿Qué, Gandalf?, ¿qué se ve?.

Gandalf: La blanca orilla. Y más allá; la immensa campiña verde, tendida ante un fugaz amanecer.

Pippin: Bueno, eso no está mal.

Gandalf: No. No, desde luego.

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