miércoles, 27 de junio de 2012

Veintisiete...



Acariciando el fuego de velas mortecinas y cansadas, en lo más negro de la noche, aparece juguetón y descarado un recuerdo. Que con sonrisa burlona brinca y rebota por la estancia buscando con feroz acierto perturbar mi pensamiento.

Así, haciendo mofa en la reverencia se presenta:

Que me disculpe la luna esta noche.
Que las estrellas me brinden su luz.
Pues más que recuerdo, hoy soy reproche.
Reproche de olvido y desgana,
de mi no acordarte porque no te da la gana.
Sé que bien servida tienes a la prosa, mi hermana.
No seré yo quién la llame ramera,
pero con cualquier “juntaletras”desalmado
se acuesta, se levanta y bien sabes que se abre entera.

¡Ven, vuelve a jugar conmigo!
Háblame, llórame, ríeme, bésame...
Quiero que vuelvas a ser mi amigo.
Acaricia mis palabras con tu ternura,
desnúdame a besos de vino y ron
y dame esa sonrisa pícara tan tuya.

Cuéntame amor, ¿por qué te enfadaste con ellos?.
A Gustavo lo tienes contento,
dice que ni recuerdas sus leyendas ni cuentos.
Calderón está hecho una fiera,
que ya no le llamas ni barquera.
Don Francisco anda fino,
¡Joder!. Dice que ya ni le brindas vino.
Luis nunca te cayó bien del todo,
siempre preferiste a Francisco hasta estando beodo.
De todos los italianos, alemanes e ingleses
es Guillermo el que dice que algo te comprende.
Será por los sueños de muchas noche de verano.
Pero no te preocupes por ellos, corazón,
siempre estarán ahí esperando tus labios, tu voz.

Por esto mi asalto en esta noche y mi reproche.
Quiero verte saboreándome en el teatro,
disfrutando en la intimidad de mi encanto.
Pero sobre todo haciéndome tuya,
ya sea con tu espada o con tu pluma,
irónica y borracha metiendo bulla
o zalamera, pícara y lujuriosa con alguna.

Una bofetada y un beso te doy.
La bofetada,fuerte, por la espera,
el beso, con lengua, para poner celosa a la ramera.