Acariciando el fuego de
velas mortecinas y cansadas, en lo más negro de la noche, aparece
juguetón y descarado un recuerdo. Que con sonrisa burlona brinca y
rebota por la estancia buscando con feroz acierto perturbar mi
pensamiento.
Así, haciendo mofa en la
reverencia se presenta:
Que me disculpe la luna
esta noche.
Que las estrellas me
brinden su luz.
Pues más que recuerdo,
hoy soy reproche.
Reproche de olvido y
desgana,
de mi no acordarte porque
no te da la gana.
Sé que bien servida
tienes a la prosa, mi hermana.
No seré yo quién la
llame ramera,
pero con cualquier
“juntaletras”desalmado
se acuesta, se levanta y
bien sabes que se abre entera.
¡Ven, vuelve a jugar
conmigo!
Háblame, llórame, ríeme,
bésame...
Quiero que vuelvas a ser
mi amigo.
Acaricia mis palabras con
tu ternura,
desnúdame a besos de vino
y ron
y dame esa sonrisa pícara
tan tuya.
Cuéntame amor, ¿por qué
te enfadaste con ellos?.
A Gustavo lo tienes
contento,
dice que ni recuerdas sus
leyendas ni cuentos.
Calderón está hecho una
fiera,
que ya no le llamas ni
barquera.
Don Francisco anda fino,
¡Joder!. Dice que ya ni
le brindas vino.
Luis nunca te cayó bien
del todo,
siempre preferiste a
Francisco hasta estando beodo.
De todos los italianos, alemanes e
ingleses
es Guillermo el que dice
que algo te comprende.
Será por los sueños de
muchas noche de verano.
Pero no te preocupes por
ellos, corazón,
siempre estarán ahí
esperando tus labios, tu voz.
Por esto mi asalto en esta
noche y mi reproche.
Quiero verte saboreándome
en el teatro,
disfrutando en la
intimidad de mi encanto.
Pero sobre todo haciéndome
tuya,
ya sea con tu espada o con
tu pluma,
irónica y borracha
metiendo bulla
o zalamera, pícara y
lujuriosa con alguna.
Una bofetada y un beso te
doy.
La bofetada,fuerte, por la
espera,
el beso, con lengua, para
poner celosa a la ramera.