domingo, 22 de julio de 2012

Veintiocho... Palabras para el viento.

Madrugada fría del 16 de julio de hace 800 años. En el campamento almohade...

Mientras rellena el vaso de su amigo lo observa con la luz que permite una pequeña hoguera ante ellos.
- ¿En que piensas ahora mientras sonríes?
- En nada.
- Pues esa tal  "nada" consume tu mirada como el el fuego de esta hoguera consume los troncos.
- Jajaja.  Será la brisa de esta noche.
Acercándole el vaso repuesto y dando una pequeña patada a la silla de su amigo para buscar su mirada, le dice:
- Venga, descríbela como tan solo tu sabes.
El amigo se incorpora y con el vaso entre sus manos mira al cielo, tras un suspiro comienza:
- La primera vez que la vi creí que su sonrisa estaba sacada de los cuentos de Sherezade en las mil y una noche. Sus ojos oscuros y vivos están hechos para hablar sin palabras, perfectos para perderte en ellos como un cristiano en los antiguos parques de Medina Azahara.
El viento juega y acaricia su pelo negro con la misma suavidad que acaricia a las dunas del desierto moviéndolas día a día. Y el sol baña su piel canela con el mismo mimo que el mar envuelve a los peces que viven en él…
- Si tu caballo y tú os movéis igual de bien que tus palabras en la batalla, la volverás a ver y podrás susurrar a su oído todo lo que hasta hoy me has contado.
-Te prometo que así será.



http://www.elcultural.es/noticias/LETRAS/3467/Las_Navas_de_Tolosa1212_fin_del_sueno_islamico_sobre_la_peninsula_iberica