jueves, 30 de julio de 2015

Treinta y seis, creo. ¿No?


Quizá me llama ya el tiempo,
o la locura del verso.
Me llama el quiero
Y no saber si aún puedo.
Bueno sí, puedo...
Pero es el tiempo,
el tiempo que no escribo
Y el tiempo que ya no tengo.
Que no escribí cuando tenía el quiero
y sí, también tenía el puedo.
Por eso ahora escribo
cuando quiero, pero no debo.
Y ahora que puedo bebo.
No solo y sí con quienes quiero,
por eso sonrío, bebo, quiero y escribo
ahora que aún me queda tiempo.
¡Salud amigos!
Por vosotros este trago bebo.

Escrito en la madrugada del 12 de enero de 2015 mientras mu jugaba las cartas y las fichas en la inauguración de un proyecto que dos locos iniciaron en una vieja casa. Sale ahora a la luz mientras se avecina un nuevo cambio, una lección que solo la vida podía darme y que al igual que mis alumnos en septiembre habré de jugármela por dos veces... Sin muchas fichas y pocas cartas.