lunes, 3 de abril de 2017

Reflexiones de Tren

Hace tiempo una amiga me dijo una frase muy buena y que ahora en estos momentos podría definir todo lo que estoy sintiendo, " vivir no es sólo respirar".
Muchas veces pasamos los días y las semanas sin tan siquiera ser conscientes de qué ha pasado en ellas o cómo nos hemos comportado y cómo hemos hecho las cosas. Se podría decir que tan solo hemos respirado... Hemos cogido esas bocanadas de aire necesarias o o suficiente para seguir pa'lante de esa forma tan automática y cíclica. Vamos creando una barrera y una coraza que cada día hace que ciertas cosas no lleguen a nuestra mente y a nuestro corazón, la mayoría de las veces no somos conscientes de que eso está pasando y en cierto modo lo vemos todo normal y "como siempre". Pero evidentemente no es así, nos impermeabilizamos de todas las cosas y personas que intentan interactuar y recibir de nosotros ese cariño, esa atención y esa respuesta a lo que nos envían... Pero cuando estamos metidos en ese mundo, en ese muro que nos separa de todo, no somos capaces de verlo y sólo nos limitamos a respirar.
Días como hoy me pongo a reflexionar sobre qué o cuáles son los motivos por los que levantamos ése muro y esa coraza al exterior... Y la verdad, creo que la causa es la misma por la que el hombre a lo largo de su paso crea muros, por miedo y debilidad. Cada vez que nos ponemos esa coraza que nos aísla de la vida y de quiénes nos rodean es por que nos sentimos incapaces de enfrentar y vivir lo que tenemos delante, o sencillamente tenemos miedo a exponer una parte vulnerable de nosotros ante cualquiera. El simple hecho de sentir tristeza y ganas de llorar por echar de menos a tus familiares hace que creemos una fortaleza y una falsa seguridad hacia los que nos rodea, que sin darnos cuenta estamos mostrando justo lo contrario a lo que necesitamos, esa necesidad de autorreafirmarnos en lo que estamos haciendo, de no querer sentir ni saber qué nos estamos equivocando y que estamos dejando de lado hechos tan importantes que no harán otra cosa que sumar ladrillos a nuestro muro con tal de que no lleguen a nosotros y puedan darnos en la cara para no reconocer que nos falta vivir y ser conscientes de aquello que hacemos no nos vale para nada... Siendo así perdemos, nos perdemos instantes de la vida y alejamos de nosotros a quien eligió estar a nuestro lado. Lo peor es que dentro de nosotros culpamos a todo lo que está fuera de ese muro, esas personas y esos momentos que estamos dejando de vivir... La culpa de todo está, como caballo de Troya, dentro del muro, en nosotros y en esa absurda máscara de hieratismo y superioridad que da esa falsa seguridad detrás de nuestro muro. Nos volvemos soberbios, incuestionables y tóxicos para todo lo que está a nuestro lado, somos cómo esa estatua que no pierde su pose mientras se llena de la mierda de las palomas y los cristales rotos de cada día, intentamos ser majestuosos y quedarnos en un pedestal que nos eleva por encima del bien y del mal, de esa misma forma que las estatuas no se mueven y no "sufren" y todo parece estar bien... En definitiva, no viven.
Vivir es reír, llorar disfrutar, sufrir y sobre todo caminar, caminar más allá y saltar todo muro que nos impida sentir, recibir y dar lo que somos y tenemos. Pero sobre todo equivocarnos y reconocerlo, afrontar que somos humanos y no de los mejores. Nadie va dar lecciones magistrales a nadie y mucho menos subirse a un pedestal con la razón otorgada por dios que no tenga nada que hacer y baje a darte la razón y el conocimiento absoluto de la vida a ti, por campeón y buena gente... Lo único que te puedes llevar es ese pescozón de las personas que tienes a tu lado y los que les estás tufando de mierda de paloma y orgullo rancio.
Sí señores, somos falibles, fallamos más que una escopeta de feria sin munición y lo peor que sabemos hacer es crear un muro a lo Trump y sentirnos orgullosos de ello. Si hoy en día la persona con más poder del mundo nos parece absurda y gilipollas haciendo un muro en la frontera mexicana y creyéndose un héroe salvador de la patria y tratando a los demás como pura mierda, imaginad lo ridículo que es una persona que no puede ni encontrar unos calcetines cuando se levanta o no es capaz de llevar a la mesa del salón la cena sin que por  y el camino se te caiga medio filete y te tengas que levantar 3  veces más a por  a todo lo que se te ha olvidado hace lo mismo. Te va a ir de puta madre...
Y la verdad, darse cuenta de ello duele, mucho... Pero es la primera cosa que puedes hacer para ir quitando ladrillos hasta que te duelan las manos. A mi personalmente me ha costado mucho he necesitado perder muchas cosas y personas, personas que son verdaderos tesoros y que han intentado llamar a las puertas de ese muro sin descanso...
Hay que bajarse de los pedestales, hay que moverse y hay que sentir... No hace falta tener un accidente y verse tirado para darse cuenta. Hay que ser crítico con uno mismo, creer de verdad que no somos seres excepcionales del universo y que tenemos todo lo que Nitze describió para ser el superhombre. Somos humanos, esos tan estúpidos que estamos destrozando nuestro hogar, esos que damos prioridades a un gol que una persona con necesidad, esos que colocamos a una persona experta en muros en las élites de poder, esos que por muy leídos que seamos nos divertimos viendo gran hermano o a las aventuras de Mariano y Joaquín y nos intriga el pedido de la Rebe en los Gipsy kings... Sí somos lo puto mejor... Pero también podemos ser felices sabiendo que fallamos y la cagamos, siempre y cuando sepamos reconocerlo y aprendamos de ello... Siempre y cuando podamos pararnos un rato y escuchar, pensar y meditar antes de que empecemos a crear muros y a subirnos a cualquier caja de fruta gritando al mundo que somos lo mejor que pudo crear el universo... En definitiva menos ego y más humildad, ya que vivir, no es sólo respirar.

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