De sus ojos nacían las preguntas y la
curiosidad. ¿Quién eres, de dónde vienes, qué haces...?. De su
boca los besos que poco a poco dejaban en mí ese sabor tan dulce...
Acariciando su cara dejé que las
palabras descubrieran todo cuanto ella buscaba...
-De la casualidad pactada al destino
infiel aparezco allí donde se encuentran los besos que se pierden,
las lágrimas que se escapan y donde se ahoga la luz del corazón que
ama. No se me espera ni se me llama. Tampoco se me ve, pues de la
oscuridad fui alumno aventajado y a la tristeza cuando duerme a mi
lado, le arranco sonrisas.
De tu miedo y del dolor pasado saco de
mis manos mil caricias que juegan en tu piel calmando con mis labios
el hambre atrasada de tus deseos.
Soy el herrero de almas. Golpeo te
quieros rotos, fundo sonrisas tristes y bebo del dolor donde reposan
las palabras que guardas en tu almohada...
Soy lo que ves y lo que tú me haces
ser...
Ahora... deja en mi tus sueños rotos,
tus lágrimas y tus nubes negras... Pues mis besos, caricias y
palabras forjarán tu sonrisa de acero.
Para ti... por todo.
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